Linuxero
2014-05-02 16:14:01 UTC
http://www.elmundo.es/cultura/2014/05/02/536126b7e2704edd4d8b457d.html
LIBROS Fotografía documental
Estampas de la Gran Depresión
En el verano de 1936, James Agee y Walker Evans viajaron al sur
profundo de Estados Unidos para documentar los estragos de la crisis en
los productores de algodón
El ensayo fotográfico se publicó cinco años después en un libro que
marcó al periodismo norteamericano, cuyo embrión literario se edita
ahora en España
EUGENIA COPPEL Madrid
Actualizado: 02/05/2014 08:16 horas
En el verano de 1936, James Agee y Walker Evans viajaron al sur
profundo de Estados Unidos para documentar los estragos de la crisis en
los productores de algodón
El ensayo fotográfico se publicó cinco años después en un libro que
marcó al periodismo norteamericano, cuyo embrión literario se edita
ahora en España
«Colocadlos uno al lado del otro en sus porches delanteros, cuerpos
arcaicos debajo de sus harapos como son los cuerpos de los granjeros;
colocadlos contra esa madera veteada que les sirve de cobijo formando
tres bastos frisos, y ved, uno a uno, quiénes son: los Tingle, los
Fields, los Burroughs».
James Agee introduce así a los protagonistas de su relato, y el lector
advierte que esas imágenes quedarán doblemente grabadas en su memoria.
Primero, por la poderosa narrativa visual del reportero, novelista y
poeta estadounidense galardonado con el Pulitzer (1958). Después, por
las no menos conmovedoras instantáneas que acompañan al texto,
capturadas por su amigo y compañero de viaje, Walker Evans.
Tenían 26 y 32 años, respectivamente, cuando emprendieron el periplo que
cambió sus vidas y marcó la historia del periodismo norteamericano.
Hasta hace poco, solo existía un registro de aquella inmersión en los
campos de algodón de Alabama en los años posteriores a la Gran
Depresión: la ya clásica obra 'Elogiemos ahora a hombres famosos', que
en Estados Unidos vio la luz en 1941.
Pero ahora existe un segundo libro: 'Algodoneros. Tres familias de
arrendatarios' (publicado en España por Capitán Swing, 2014), que
contiene el reportaje original escrito por Agee después de pasar ocho
semanas en el sur profundo del país. De aquel verano de 1936 surgió un
primer testimonio estremecedor de la precariedad que experimentaban los
campesinos blancos pobres. El retrato de tres familias escogidas para
representar "por completo y con justicia" -advierte Agee en la
introducción- a los nueve millones de seres humanos que en ese momento
sobrevivían en condiciones similares.
El joven poeta graduado de Harvard trabajaba entonces en la revista
'Fortune', que le asignó la tarea de escribir sobre el día a día de un
granjero arrendatario en la región algodonera. La pieza estaría
destinada a la sección 'Vida y circunstancias', en la que Agee había
escrito anteriormente sobre un trabajador de la industria
automovilística en Michigan, un albañil en Pensilvania y el empleado de
una telefónica en Nueva York.
Agee insistió en que su acompañante con la cámara debía ser Walker
Evans. El fotógrafo trabajaba entonces para la Oficina de Reasentamiento
-más tarde la 'Farm Security Administration' (FSA)- una de las agencias
creadas por el presidente Roosevelt en el marco del 'New Deal'. El
organismo dedicado a la población rural tenía un departamento de
fotografía, en el que Evans y otros artistas de la lente como Dorothea
Lange, Jack Delano y Rusell Lee, tenían la misión de registrar los
estragos de la crisis y "presentar Estados Unidos a los estadounidenses".
La pobreza, sin sitio en 'Fortune'
Por razones que no están muy claras, la crónica de Agee nunca se publicó
en las páginas de 'Fortune'. El editor jefe de la revista era Henry R.
Luce quien había contratado a un grupo de poetas y narradores en ciernes
para escribir reportajes económicos. Agee entre ellos. El fundador de
otras reconocidas publicaciones como 'Times' y 'Life' era un magnate de
la prensa que según el crítico Michael Denning, profesor de la
Universidad de Yale, inspiró a Orson Welles en igual medida que William
R. Hearst para crear al mítico 'Ciudadano Kane'.
"La revista era importante y no se iba a arriesgar con un reportaje de
tono tan crítico", sugiere el editor Daniel Moreno, responsable de la
publicación de 'Algodoneros' en España. Basta leer las primeras líneas
para adivinar el impacto que causó en el joven escritor la convivencia
con los campesinos: "Una civilización cuya existencia radica en relegar
la vida humana a una situación de desventaja, no merece llamarse así ni
seguir existiendo".
Tampoco es muy seguro que Agee entregase su texto. Como afirmó a 'The
New York Times' Alan Brinkley, biógrafo de Luce y profesor de Columbia:
"No fue Luce el que no quiso publicar el artículo. Fue Agee el que nunca
produjo un artículo que pudiese ser publicado en 'Fortune'".
Lo que es un hecho es que el reportero escribió una pieza de 30.000
palabras, donde describió la pobreza del sur con un grado de detalle
casi obsesivo. La familia del escritor encontró el documento en el
sótano de su casa de Nueva York hace una década, pero lo consideró como
un simple borrador de 'Elogiemos ahora a hombres famosos' (publicado en
España por Círculo de Lectores, 1994). Ese y otros objetos fueron
donados por la Fundación James Agee a la Universidad de Tennesse -el
estado natal del escritor- y una vez allí se descubrió el significado
del manuscrito. La editorial Melville House lo publicó en forma de libro
el año pasado en Estados Unidos.
El reconocimiento hacia la figura de Agee también llegó con demora. «En
vida fue un autor bastante despreciado y solo tras su muerte se
descubrieron las perlas que dejó», cuenta el fundador de la editorial
independiente Capitán Swing. La obra 'Elogiemos ahora a hombres famosos'
se publicó el mismo año en que Estados Unidos entró en la Segunda Guerra
Mundial. Vendió unas 600 copias y quedó descatalogada. Se convirtió en
una obra importante hasta 1960, cinco años después de que Agee sufriera
un infarto a los 45 años en un taxi de Nueva York.
La revaloración del escritor vino con el Pulitzer póstumo que recibió en
1958. Fue gracias a su novela autobiográfica 'Una muerte en la familia'
(Alianza Madrid, 2007), donde Agee narra la historia de un niño de seis
años que pierde a su padre en un accidente automovilístico. Tal como él
mismo.
Belleza en lo cotidiano
Floyd Burroughs mira con una mezcla de cansancio y desesperanza. Mira
fijamente al objetivo de Walker Evans sin saber que su rostro, marcado
por largas faenas de trabajo en el campo, pasaría a formar parte del
imaginario de una época. El retrato es la portada de 'Algodoneros' y uno
de los más difundidos de toda la serie, que a menudo se considera como
la representación humana de la crisis que inició con el 'crack' del 29.
Y es sin duda el trabajo más representativo del fotógrafo que en su
juventud soñaba con ser escritor. Son las imágenes que consolidaron su
estilo de fotografía pura, sin romanticismos.
«Evans quería que sus fotografías fueran cultas, calificadas,
trascendentes», escribe Susan Sontag en su libro 'Sobre la fotografía'
(1975). Y el artista de San Luis Misuri lo logró. Sus trabajos sobre el
mundo rural se exhibieron en la primera exposición individual de un
fotógrafo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (1938). Su obra
incluye, además, un estudio realizado en La Habana durante la dictadura
de Gerardo Machado, una serie de retratos hechos con cámara oculta en el
metro de Nueva York y los múltiples reportajes que hizo para las
revistas 'Time' y 'Fortune'.
En el viaje a Alabama, Evans se quedó en el hotel del poblado más
cercano, mientras que Agee se las ingenió para repartir sus noches entre
las humildes casas de las tres familias. "No solo quería entrevistar a
los granjeros, quería fundirse con ellos como un hombre invisible",
afirma el escritor y editor norteamericano John Jeremiah Sullivan. El
resultado de la colaboración con Evans, dice el fotógrafo Danny Lyon en
el diario 'Los Angeles Times', "fue el nacimiento de un nuevo
periodismo: con un estilo personal e inusualmente honesto".
"Fue el nacimiento de un nuevo periodismo: con un estilo personal e
inusualmente honesto"
También Agee retrató a Burroughs, pero con su propia herramienta: "Sus
ojos son de un amarillo nítido, ignorante y, hasta cierto punto,
peligroso, que te estudian en silencio". Y así, el reportero-poeta
registró cada aspecto de la vida en el campo. Todos sus sentidos
hicieron su parte: "La carne macerada en estos olores año tras año
escapa a los efectos del baño" / "Sábanas de algodón cuya aspereza de
textura es la de una tela de saco sin lavar" / "Las avispan silban en su
ir y venir desde su nido debajo de la puntiaguda arista del tejado".
Las 33 fotografías de Evans se intercalan con el texto de Agee en esta
nueva versión del reportaje gráfico. Ahí estriba la primera diferencia
con 'Elogiemos ahora...' cuyo inicio es una invitación a la
contemplación pura. El recorrido visual antes que el escrito. Las
imágenes aparecen en la primera parte del libro sin la intervención de
carácter alguno. Solo al final de la serie comienza el texto de Agee,
como para apreciar de manera diferenciada la visión particular de cada
artista.
"'Elogiemos ahora...' es un ensayo mucho más amplio, pero la mirada más
o menos neutral de cómo las poblaciones trabajadoras estaban llevando la
crisis, es muy parecida", afirma el editor Daniel Moreno. Para Adam
Haslett, prologuista de 'Algodoneros', este libro es mucho más que un
texto fuente. Si bien ambos mantienen buena parte de las descripciones y
la crónica conserva el mismo esquema, en su opinión, estamos ante obras
distintas: "'Elogiemos ahora a hombres famosos' es una sinfonía prosaica
'sui generis' sobre los grandes temas de la pobreza, la vida rural y la
existencia humana. 'Algodoneros' es el sumario de un poeta para la
actuación contra las injusticias económicas y sociales. La primera, como
nos dice el propio Agee, está escrita para ser cantada; la segunda, para
predicarse".
LIBROS Fotografía documental
Estampas de la Gran Depresión
En el verano de 1936, James Agee y Walker Evans viajaron al sur
profundo de Estados Unidos para documentar los estragos de la crisis en
los productores de algodón
El ensayo fotográfico se publicó cinco años después en un libro que
marcó al periodismo norteamericano, cuyo embrión literario se edita
ahora en España
EUGENIA COPPEL Madrid
Actualizado: 02/05/2014 08:16 horas
En el verano de 1936, James Agee y Walker Evans viajaron al sur
profundo de Estados Unidos para documentar los estragos de la crisis en
los productores de algodón
El ensayo fotográfico se publicó cinco años después en un libro que
marcó al periodismo norteamericano, cuyo embrión literario se edita
ahora en España
«Colocadlos uno al lado del otro en sus porches delanteros, cuerpos
arcaicos debajo de sus harapos como son los cuerpos de los granjeros;
colocadlos contra esa madera veteada que les sirve de cobijo formando
tres bastos frisos, y ved, uno a uno, quiénes son: los Tingle, los
Fields, los Burroughs».
James Agee introduce así a los protagonistas de su relato, y el lector
advierte que esas imágenes quedarán doblemente grabadas en su memoria.
Primero, por la poderosa narrativa visual del reportero, novelista y
poeta estadounidense galardonado con el Pulitzer (1958). Después, por
las no menos conmovedoras instantáneas que acompañan al texto,
capturadas por su amigo y compañero de viaje, Walker Evans.
Tenían 26 y 32 años, respectivamente, cuando emprendieron el periplo que
cambió sus vidas y marcó la historia del periodismo norteamericano.
Hasta hace poco, solo existía un registro de aquella inmersión en los
campos de algodón de Alabama en los años posteriores a la Gran
Depresión: la ya clásica obra 'Elogiemos ahora a hombres famosos', que
en Estados Unidos vio la luz en 1941.
Pero ahora existe un segundo libro: 'Algodoneros. Tres familias de
arrendatarios' (publicado en España por Capitán Swing, 2014), que
contiene el reportaje original escrito por Agee después de pasar ocho
semanas en el sur profundo del país. De aquel verano de 1936 surgió un
primer testimonio estremecedor de la precariedad que experimentaban los
campesinos blancos pobres. El retrato de tres familias escogidas para
representar "por completo y con justicia" -advierte Agee en la
introducción- a los nueve millones de seres humanos que en ese momento
sobrevivían en condiciones similares.
El joven poeta graduado de Harvard trabajaba entonces en la revista
'Fortune', que le asignó la tarea de escribir sobre el día a día de un
granjero arrendatario en la región algodonera. La pieza estaría
destinada a la sección 'Vida y circunstancias', en la que Agee había
escrito anteriormente sobre un trabajador de la industria
automovilística en Michigan, un albañil en Pensilvania y el empleado de
una telefónica en Nueva York.
Agee insistió en que su acompañante con la cámara debía ser Walker
Evans. El fotógrafo trabajaba entonces para la Oficina de Reasentamiento
-más tarde la 'Farm Security Administration' (FSA)- una de las agencias
creadas por el presidente Roosevelt en el marco del 'New Deal'. El
organismo dedicado a la población rural tenía un departamento de
fotografía, en el que Evans y otros artistas de la lente como Dorothea
Lange, Jack Delano y Rusell Lee, tenían la misión de registrar los
estragos de la crisis y "presentar Estados Unidos a los estadounidenses".
La pobreza, sin sitio en 'Fortune'
Por razones que no están muy claras, la crónica de Agee nunca se publicó
en las páginas de 'Fortune'. El editor jefe de la revista era Henry R.
Luce quien había contratado a un grupo de poetas y narradores en ciernes
para escribir reportajes económicos. Agee entre ellos. El fundador de
otras reconocidas publicaciones como 'Times' y 'Life' era un magnate de
la prensa que según el crítico Michael Denning, profesor de la
Universidad de Yale, inspiró a Orson Welles en igual medida que William
R. Hearst para crear al mítico 'Ciudadano Kane'.
"La revista era importante y no se iba a arriesgar con un reportaje de
tono tan crítico", sugiere el editor Daniel Moreno, responsable de la
publicación de 'Algodoneros' en España. Basta leer las primeras líneas
para adivinar el impacto que causó en el joven escritor la convivencia
con los campesinos: "Una civilización cuya existencia radica en relegar
la vida humana a una situación de desventaja, no merece llamarse así ni
seguir existiendo".
Tampoco es muy seguro que Agee entregase su texto. Como afirmó a 'The
New York Times' Alan Brinkley, biógrafo de Luce y profesor de Columbia:
"No fue Luce el que no quiso publicar el artículo. Fue Agee el que nunca
produjo un artículo que pudiese ser publicado en 'Fortune'".
Lo que es un hecho es que el reportero escribió una pieza de 30.000
palabras, donde describió la pobreza del sur con un grado de detalle
casi obsesivo. La familia del escritor encontró el documento en el
sótano de su casa de Nueva York hace una década, pero lo consideró como
un simple borrador de 'Elogiemos ahora a hombres famosos' (publicado en
España por Círculo de Lectores, 1994). Ese y otros objetos fueron
donados por la Fundación James Agee a la Universidad de Tennesse -el
estado natal del escritor- y una vez allí se descubrió el significado
del manuscrito. La editorial Melville House lo publicó en forma de libro
el año pasado en Estados Unidos.
El reconocimiento hacia la figura de Agee también llegó con demora. «En
vida fue un autor bastante despreciado y solo tras su muerte se
descubrieron las perlas que dejó», cuenta el fundador de la editorial
independiente Capitán Swing. La obra 'Elogiemos ahora a hombres famosos'
se publicó el mismo año en que Estados Unidos entró en la Segunda Guerra
Mundial. Vendió unas 600 copias y quedó descatalogada. Se convirtió en
una obra importante hasta 1960, cinco años después de que Agee sufriera
un infarto a los 45 años en un taxi de Nueva York.
La revaloración del escritor vino con el Pulitzer póstumo que recibió en
1958. Fue gracias a su novela autobiográfica 'Una muerte en la familia'
(Alianza Madrid, 2007), donde Agee narra la historia de un niño de seis
años que pierde a su padre en un accidente automovilístico. Tal como él
mismo.
Belleza en lo cotidiano
Floyd Burroughs mira con una mezcla de cansancio y desesperanza. Mira
fijamente al objetivo de Walker Evans sin saber que su rostro, marcado
por largas faenas de trabajo en el campo, pasaría a formar parte del
imaginario de una época. El retrato es la portada de 'Algodoneros' y uno
de los más difundidos de toda la serie, que a menudo se considera como
la representación humana de la crisis que inició con el 'crack' del 29.
Y es sin duda el trabajo más representativo del fotógrafo que en su
juventud soñaba con ser escritor. Son las imágenes que consolidaron su
estilo de fotografía pura, sin romanticismos.
«Evans quería que sus fotografías fueran cultas, calificadas,
trascendentes», escribe Susan Sontag en su libro 'Sobre la fotografía'
(1975). Y el artista de San Luis Misuri lo logró. Sus trabajos sobre el
mundo rural se exhibieron en la primera exposición individual de un
fotógrafo en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (1938). Su obra
incluye, además, un estudio realizado en La Habana durante la dictadura
de Gerardo Machado, una serie de retratos hechos con cámara oculta en el
metro de Nueva York y los múltiples reportajes que hizo para las
revistas 'Time' y 'Fortune'.
En el viaje a Alabama, Evans se quedó en el hotel del poblado más
cercano, mientras que Agee se las ingenió para repartir sus noches entre
las humildes casas de las tres familias. "No solo quería entrevistar a
los granjeros, quería fundirse con ellos como un hombre invisible",
afirma el escritor y editor norteamericano John Jeremiah Sullivan. El
resultado de la colaboración con Evans, dice el fotógrafo Danny Lyon en
el diario 'Los Angeles Times', "fue el nacimiento de un nuevo
periodismo: con un estilo personal e inusualmente honesto".
"Fue el nacimiento de un nuevo periodismo: con un estilo personal e
inusualmente honesto"
También Agee retrató a Burroughs, pero con su propia herramienta: "Sus
ojos son de un amarillo nítido, ignorante y, hasta cierto punto,
peligroso, que te estudian en silencio". Y así, el reportero-poeta
registró cada aspecto de la vida en el campo. Todos sus sentidos
hicieron su parte: "La carne macerada en estos olores año tras año
escapa a los efectos del baño" / "Sábanas de algodón cuya aspereza de
textura es la de una tela de saco sin lavar" / "Las avispan silban en su
ir y venir desde su nido debajo de la puntiaguda arista del tejado".
Las 33 fotografías de Evans se intercalan con el texto de Agee en esta
nueva versión del reportaje gráfico. Ahí estriba la primera diferencia
con 'Elogiemos ahora...' cuyo inicio es una invitación a la
contemplación pura. El recorrido visual antes que el escrito. Las
imágenes aparecen en la primera parte del libro sin la intervención de
carácter alguno. Solo al final de la serie comienza el texto de Agee,
como para apreciar de manera diferenciada la visión particular de cada
artista.
"'Elogiemos ahora...' es un ensayo mucho más amplio, pero la mirada más
o menos neutral de cómo las poblaciones trabajadoras estaban llevando la
crisis, es muy parecida", afirma el editor Daniel Moreno. Para Adam
Haslett, prologuista de 'Algodoneros', este libro es mucho más que un
texto fuente. Si bien ambos mantienen buena parte de las descripciones y
la crónica conserva el mismo esquema, en su opinión, estamos ante obras
distintas: "'Elogiemos ahora a hombres famosos' es una sinfonía prosaica
'sui generis' sobre los grandes temas de la pobreza, la vida rural y la
existencia humana. 'Algodoneros' es el sumario de un poeta para la
actuación contra las injusticias económicas y sociales. La primera, como
nos dice el propio Agee, está escrita para ser cantada; la segunda, para
predicarse".